¿Quién Somos?


El Ateneo Popular Jiribilla pretende ser un espacio de encuentro donde la cultura y el arte vayan de la mano. Arte y Cultura que nazca del pueblo para el pueblo, y con un enfoque claramente de superación de lo que, este sistema capitalista que padecemos, nos impone como cultura. Por todo ello, el AP Jiribilla reaparece, tras unos años de parón, con ganas de retomar con fuerza nuevas actividades y con la intención de ser, como siempre, un espacio que culturalmente se define como popular y revolucionario.

¿Jiribilla?

El nombre de nuestro Ateneo, Jiribilla, describe claramente este enfoque. Algunos autores sostienen que el origen de esta palabra está en Canarias, siendo de uso habitual en Cuba, Puerto Rico y otros países de habla hispana. Sus acepciones son:
1. f. Desazón, inquietud que se manifiesta con un exceso de movilidad. Le entró una jiribilla, que no paraba en casa.
2. com. Persona muy inquieta. A pesar de los años que tiene, sigue siendo un jiribilla.
3. Persona trabajadora y activa. Ese chico tuyo es un jiribilla
Así, el Ateneo Popular Jiribilla pretende generar curiosidad, inquietud y bastante actividad.
El Ateneo Popular Jiribilla es un proyecto cultural que mantiene relaciones con la Fundación Obrera de investigación y Cultura (FOIC).

Un poco de historia

El ateneo popular o ateneo obrero es el nombre que recibe un tipo de asociación que surge de la tradición del movimiento obrero de España. Originalmente conformados como asociaciones culturales su proliferación, especialmente entre la década de los 80 del siglo XIX y la Segunda República Española, se vio favorecida en buena parte por la carencia de infraestructuras educativas oficiales para la clase trabajadora; en muchos casos tenían locales propios o utilizaban las infraestructuras de los sindicatos o de asociaciones comunales. Algunos ateneos populares estuvieron políticamente alineados al pensamiento republicano e izquierdista y de varias organizaciones militantes de España, y eran el punto de encuentro para la difusión de sus ideas.

Entre las actividades de los ateneos populares podían encontrarse boletines informativos, edición de libros y panfletos, excursiones al campo, conferencias y charlas, teatro, recitales poéticos, debates, clases de esperanto, o bibliotecas de libre acceso; generalmente estas actividades eran autofinanciadas por los usuarios. Algunos de estos ateneos, debido en cierto modo a la influencia anarcosindicalista, mantenían escuelas racionalistas en las que se escolarizaban los hijos de los trabajadores en un ambiente laico y progresista.