El pasado viernes 27 de junio
proyectamos en el Ateneo la película inglesa “Pago justo”, basada en la huelga
de las trabajadoras de la planta de Ford en Dagenham en 1968. Sobre el
trasfondo de unos hechos reales, el director Nigel Cole explora aspectos muy
interesantes del desarrollo de la lucha de clases en el Reino Unido a finales
de la década de los 60.
La historia en sí cuenta la
huelga de 200 trabajadoras dedicadas a la costura de las tapicerías de los
coches de la empresa Ford en Dagenham. Lo que al principio se planteaba como
una huelga de poco calado en demanda de mejoras en las más básicas condiciones
laborales, se transforma pronto en una reivindicación por el salario equitativo
entre hombres y mujeres. Una lucha que finalmente acabó en victoria con la
aprobación de la ley que obligaba a pagar el mismo salario a hombres y mujeres
por el mismo trabajo: la Equal Pay Act.
A lo largo del film, vamos cerciorándonos
de las diferentes situaciones que toda lucha obrera debe afrontar: desde el
miedo a la propia lucha a la fortaleza de la asamblea de centro de trabajo,
pasando por las presiones y manipulaciones de la empresa.
Como siempre hacemos en el
Ateneo, una vez acabada la proyección dimos paso a un interesante debate acerca
de la misma. De hecho, pese a ser una película muy comercial (o precisamente
por eso), el film tiene muchas lecturas interesantes que se fueron analizando
en la posterior puesta en común.
Para la mayor parte de los
intervenientes las fortalezas de la película estaban claras: se reflejaba muy
bien la importancia fundamental que tiene la asamblea de centro de trabajo como
forma de implicación de los trabajadores y trabajadoras en las luchas y el
control de las acciones, por encima de mandatos externos no siempre fieles a
los intereses de la clase obrera.
Y este era, precisamente, otro de
los aspectos que mejor se situaban en la película: la existencia en el Reino
Unido de unas dirigencias sindicales reformistas que, habiendo perdido la
vinculación con las tradiciones comunistas, se habían convertido en meras
correveidiles de la patronal. Unas dirigencias sindicales, en fin, convertidas
en una aristocracia obrera gracias al soborno de la burguesía y que ni eran capaces
(ni deseosas) de llevar a cabo luchas realmente emancipadoras para la clase
obrera.
Frente a esa situación,
encontramos a unas trabajadoras con gran instinto de clase, con conciencia de
ser trabajadoras y por tanto con intereses opuestos a los de la patronal, que,
pasando por encima de dirigencias sindicales traidoras, plantean una lucha
ejemplar que acaba en victoria.
Paralelamente, y en esto también
había acuerdo durante la puesta en común, la película muestra bien cómo la
alianza entre patriarcado y capital tiene su reflejo en la incomprensión que
los compañeros masculinos de la fábrica muestran hacia la reivindicación de sus
compañeras, al haber asumido el rol que el patriarcado les promete reservar: el
de ser los “proveedores”, tal como nos cuenta un personaje de la película. La
patronal de Ford trata de explotar hábilmente esa situación para quebrar el
frente de lucha enfrentando a hombres con mujeres.
Y así, con diferentes lecturas y
opiniones, con debates interesantes acerca del rumbo del capitalismo en general
y de la lucha obrera en particular, terminábamos la puesta en común y con ella
la actividad programada para este día, emplazándonos para la próxima actividad
que realizaremos desde el Ateneo hacia finales del mes que viene, como viene
siendo habitual.
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