Escribía Gabriel
Celaya hace años aquello de “la poesía es un arma cargada de futuro”.
Con esa idea en
mente, nos proponíamos en el Ateneo acercarnos a las personas y, sobre todo, a
las poesías, de figuras como Agustín Millares Sall, Pedro Lezcano, Olegario
Marrero, Pedro García Cabrera, entre otros, que entendieron que su poesía era,
mucho más que un mero entretenimiento, una herramienta al servicio de la
crítica social y, especialmente en casos como los de Millares Sall u Olegario
Marrero, armas puestas al servicio de la clase obrera en su tarea de
destrucción del capitalismo.
Tras una
intervención previa con la que pretendíamos dejar claro que en esto de la lucha
ideológica no hay espacios neutrales, aprovechábamos para hacer un breve repaso
histórico y literario sobre las figuras más eminentes de la narrativa canaria.
Desde figuras tan
antiguas como Antonio de Viana hasta las más recientes propuestas poéticas,
exploramos eso que llaman “poesía comprometida” con la idea de descubrir qué se
encuentra tras ese concepto, para, rápidamente, acentuar que en esta etapa
histórica en que vivimos si el concepto “poesía comprometida” sigue teniendo
algún valor, éste pasa, ineludiblemente, por una poesía que apunte a la
destrucción del capitalismo como una forma de garantizar ya no sólo una vida
humana plena, sino incluso evitar la extinción de toda la vida en el planeta.
En la segunda parte
de la actividad, el público asistente poco a poco se fue animando a recitar sus
poemas preferidos. Poesías inolvidables como “La polka del cacique” o la
“Letanía para un sinvergüenza” del compañero recientemente desaparecido
Olegario Marrero, “Polución” o “Cuarto Creciente” de Pedro García Cabrera o
“Con un poema en la mano” y “No vale” de Agustín Millares Sall, entre otros
poemas de autores diversos, tampoco faltaron a la cita.
Con esta actividad
el Ateneo Popular Jiribilla se despide hasta septiembre, reservándonos el mes
de agosto para recuperar energías con las que volver a redoblar esfuerzos tras
el verano en este combate ideológico que nos hemos marcado como tarea central
quienes componemos el Ateneo.
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